«Retrato de una mujer en llamas» (Céline Sciamma, 2019) arranca como una historia que marca todas las casillas de lo gótico: estamos a finales del siglo XVIII y la pintora Marianne (Noémie Merlant) recibe el encargo de retratar a la joven Héloïse (Adèle Haenel) antes de su boda.