En «Buen comportamiento», Molly Keane nos traslada a Temple Alice, una decadente mansión en la Irlanda de los años 20. La habita una familia anglo-irlandesa, los St Charles, formada por un padre vividor aficionado a los caballos y al sexo —por separado—, por una madre que dedica sus horas a cultivar flores y a pintar y por los dos hijos del matrimonio: Hubert y Aroon. En el primer capítulo de la novela, nos encontramos con Aroon a los cincuenta y tantos, pero tras un importante incidente para la trama ella empieza a rememorar su infancia y juventud en la mansión familiar.